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Le pedimos al irlandés Benny Lewis, autor del blog Fluentin3months.com, que nos explique cómo aprender a chapurrear un nuevo idioma en muy poco tiempo.Teniendo en cuenta que él habla 12 lenguas, le prestaremos atención.
HAZ NUEVOS AMIGOS
Conecta y relaciónate con nativos. Lewis tiene una regla inquebrantable: en la medida de lo posible, mientras estés practicando un nueva lengua, no hables jamás en tu idioma materno. Si estás en el extranjero, lo tendrás algo más fácil; si no, navega por Italki.com o Verbling.com y encuentra profesores nativos a precios razonables. También puedes probar con Meetup.com o Internations.org y quedar con estudiantes de intercambio (cara a cara o vía Skype). Asimismo, si tienes una cama libre en casa, Couchsurfing.org te conecta con extranjeros que andan buscando alojamiento y que te pueden ayudar mucho durante tu aprendizaje.
TEMPORIZA
Paso a paso, semana a semana. En la primera semana, Lewis se empolla bromas y chascarrillos del idioma que quiere aprender. En la segunda, el objetivo es dominar el vocabulario que tiene previsto usar en su día a día. Para lograrlo utiliza las tarjetas de vocabulario de Ankisrs.net y de la app Anki y trabaja con los códigos mnemotécnicos de Memrise.com. "Un par de frases bien empleadas son más útiles que un montón de palabras dichas sin ton ni son", aconseja. En la quinta semana el objetivo es mantener diálogos a buen ritmo y charlar sobre temas complejos. Para la novena semana hay que pedirle a un nativo que localice y corrija tus posibles (y probables) fallos lingüísticos.
ACLARA TU GARGANTA
El secreto está en la entonación. "Para aprender un idioma hay que saber pronunciar a la perfección, así que hay que esforzarse mucho en conseguir la entonación adecuada", nos cuenta Benny Lewis. Forvo.com y Rhinospike.com son dos buenas herramientas online con las que ejercitar el tono. También son útiles los trucos que puedes encontrar en los libros de gramática –aunque Lewis no recomienda seguir este camino hasta la novena semana– o métodos audiovisuales como Assimil, Teach Yourself o Harrap's.
ERRAR ES HUMANO
Fallar es parte del proceso. Uno aprende un idioma para poder comunicarse con los demás, y esto se puede conseguir a distintos niveles. "Si tengo que averiguar dónde está el baño y no sé decirlo de una manera totalmente adecuada siempre puedo exprimir mis recursos y decir: '¿Baño? ¿Dónde?", afirma Lewis. La moraleja está clara: ¡nunca te desmoralices! A nadie le importa si conjugas perfectamente un verbo o si hablas como Tarzán. "Los bebés gatean y tropiezan antes de caminar. Nosotros no somos bebés, pero sí que tenemos permiso para cometer errores durante nuestro proceso de aprendizaje. El progreso siempre es gradual".
TV Y RADIO
Engánchate a la versión original. Como ya sabrás, ver la televisión o escuchar la radio en el idioma que estás estudiando es una buena manera de educar tu oído. La web de la CNN, por ejemplo, ofrece sus vídeos en versión original y en versión doblada. También tienes la opción de sintonizar TuneIn.com, una radio online que permite escuchar emisoras de cualquier rincón del mundo y en cualquier idioma. Además, si te centras en cadenas dedicadas a la información, siempre podrás comentar esos temas de actualidad con tu profesor nativo y ejercitar así tu vocabulario.
ALGO DE TEATRO
Practica la pausa dramática. La gente que hable tanto tu idioma como el idioma que estés aprendiendo suele tender a responderte en tu propia lengua cuando perciben que no estás cómodo con la situación. Se apiadan de ti, por decirlo de alguna manera. El truco para evitar este supuesto es estructurar tu discurso de manera pausada. "Cuando no sepas qué decir, mira al infinito y gana tiempo hasta que sepas cómo verbalizar lo que tienes en la mente. Si la gente se traga el truco que acabas de hacer con tu lenguaje corporal, seguro que te dejan el tiempo que necesitas porque realmente estarán interesados en lo que tienes que decir", nos cuenta el políglota irlandés.
SACA EL DISFRAZ
Infíltrate en las filas 'enemigas'. Al aprender árabe en Egipto, Lewis reparó en que la gente siempre le hablaba en su lengua materna. Echando un ojo a su alrededor se dio cuenta de que su aspecto era el de un turista de manual, así que decidió cambiar su imagen y renovar su vestuario para mezclarse con los autóctonos y semejar un nativo. En algunos países, como en China, lo de disfrazarse se antojaba algo más difícil, aunque Lewis supo salir adelante: "Dije que era profesor y que vivía allí desde hacía décadas. La gente vio esto como una señal para hablarme en su idioma, no en el mío".
*Artículo originalmente publicado en el número 211 de GQ.
Fuente: http://www.revistagq.com/
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