viernes, 28 de agosto de 2015

¿Funcionan las aplicaciones para aprender idiomas?

Foto: http://revistavolarcolombia.com/

 
Te despierta por las mañanas con una alarma de lo más molesta, pero se lo perdonas. Tal vez no hayas dormido bien después de que lo que iba a ser un “vistazo rápido” a tus redes sociales se convirtiera en horas y horas de perder el tiempo en Facebook. A todos nos ha pasado alguna vez.

Reconócelo… una de las relaciones más importantes de tu vida es la que mantienes con tu móvil. Así que ¿por qué no usarlo para aprender idiomas?
En el mercado hay disponibles una amplia variedad de aplicaciones para aprender idiomas. La propuesta es tentadora: dedica a eso el tiempo que pierdes “jugueteando” con el móvil.

Las apps gratuitas más populares son duolingo (con unos 20.000.000 de usuarios activos) y memrise, una herramienta de memorización.
Siguiendo el principio de que la mejor manera de aprender es divirtiéndose, ambos encuentran maneras de recompensarte si logras recordar el vocabulario.

“Ludificación”

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El tiempo pasa mucho más rápido cuando estás colocando bloques del Tetris o machacando caramelos digitales en Candy Crush Saga que cuando introduces números en hojas de cálculo (aunque ambas actividades consistan, básicamente, en realizar la misma tarea una y otra vez en una pantalla).

Los juegos están diseñados para ofrecer gratificación instantánea, ya sea a través de luces intermitentes, puntos o alguna otro tipo de premio. Las máquinas tragaperras llevan años aplicando estas premisas.

El objetivo de la “ludificación” es hacer más divertidas las tareas aburridas añadiéndoles los elementos de recompensa de los juegos.

La nueva generación de aplicaciones para aprender idiomas sabe seducir al usuario, incorporando ganchos como puntos, vidas, rankings, niveles y audios de aplausos cuando haces algo bien, como completar un test.

También puedes acumular puntos en la aplicación con los que desbloquear nuevas misiones o cambiar la apariencia del juego. Eso sí, a diferencia de otros juegos gratuitos, no se pueden hacer compras con dinero “de verdad” dentro de la aplicación.

Duolingo en acción

Es muy fácil empezar: eliges el idioma que se quiere aprender, haces una prueba de nivel (o se empieza de cero) y te pone a hacer ejercicios.

Se aprende a través de una gran variedad de tareas como traducir textos al/del idioma que se está estudiando, transcribir pistas de audio (generadas por ordenador), identificar las traducciones correctas de una oración e incluso leer una frase en alto; frase que es luego analizada por un programa de reconocimiento de voz (aunque no lo haga especialmente bien).

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Captura de pantalla de la web de duolingo

Los ejercicios están divididos en vocabulario (p. ej. animales, comida) o verbos, adjetivos, etc. No se enseña la lógica ni la gramática del idioma de manera directa, sino que el usuario las va asimilando a medida que responde a las preguntas. Se puede, por ejemplo, pulsar con el dedo sobre una parte de la pregunta para que aparezca su traducción.

Un algoritmo diseña las lecciones según los resultados del usuario, por lo que el contenido se actualiza constantemente. Al terminar cada tema, se puede realizar un test que permite pasar al siguiente nivel. También es normal que la app repita contenido que ya se ha estudiado, para que se pueda repasar y asimilarlo bien.

Hay un objetivo diario y se recompensa al usuario por completar ejercicios, utilizar la aplicación a menudo y, en general, por ponerle ganas al asunto.

Duolingo es una aplicación de descarga y uso gratuito porque la información que introducen los usuarios de nivel avanzado se utiliza para traducir contenido de páginas web. El fundador de duolingo, Luis von Ahn, es también el creador de esas herramientas reCAPTCHA que se ven en los blogs a menudo, que utilizan la información que recopilan para digitalizar libros.

Memrise en acción

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Gran parte de las características típicas de juegos que se encuentran en duolingo se utilizan también en memrise. Además, muchas de las actividades son parecidas, aunque el propósito de esta app es ligeramente diferente: memrise ayuda a memorizar cosas (como su nombre sugiere).

Cada vez que se introduce una palabra nueva, la app también propone una manera de recordarla, a menudo relacionada con la lengua nativa de la persona que ha diseñado ese curso. Las técnicas mnemotécnicas son un método de aprendizaje más que demostrado, ya que relacionan una palabra nueva con algo más fácil de recordar, como un concepto u otra palabra que el usuario ya conoce.

El contenido de cada curso variará en función de quién lo haya compartido. Cada usuario puede crear un curso adaptado a sus necesidades (para repasar la materia de un examen, por ejemplo). La aplicación permite descargar cursos creados por otros usuarios; actualmente, hay más de 30.000 entre los que elegir.

En general, la aplicación memrise es menos ambiciosa que duolingo: te ayudará a memorizar vocabulario, pero no garantiza que aprendas el idioma.

Lo bueno de estas ‘apps’:

  • Son divertidas y hacen que estudiar un idioma sea como un juego.
  • Las notificaciones aparecen en la pantalla de tu dispositivo si llevas tiempo sin acceder. Esto ayuda a practicar a diario, lo cual es fundamental para aprender un idioma.
  • Los rankings animan a competir con amigos.
  • Ofrecen una introducción al vocabulario y a la gramática, por lo que ayudan a ganar confianza.

Pero…

Un programa de idiomas bien diseñado te enseñará vocabulario y gramática en un contexto relevante a tus necesidades. Es por eso, por ejemplo, que existen programas de idiomas para profesionales o para adolescentes, ya que tienen contenido muy diferente. Estas aplicaciones te enseñarán vocabulario y algo de gramática, pero sin ningún tipo de contexto.

Además del contexto que se crea dentro del aula, si te limitas a utilizar una aplicación no pondrás realmente en práctica el idioma, cosa que sí se hace al estudiar en el país en el que se habla o al utilizarlo como lengua vehicular con otros hablantes no nativos.

Estudiar en inmersión en el extranjero te permite realizar un curso adaptado a tus necesidades pero, sobre todo, utilizar el idioma para comunicarte en tu día a día.

Si has estudiado un idioma utilizando una aplicación como único recurso, probablemente te sientas abrumado cuando intentes hablarlo en “la vida real”. Leer periódicos o ver películas en el idioma que estás estudiando tampoco te preparará para mantener una conversación, para lo que hay que escuchar, pensar y formar oraciones al mismo tiempo.

“Juguetear” con el teléfono tampoco sustituye al hecho de salir de la zona de confort y hacer amigos, al mismo tiempo que disfrutas de las vistas, los sonidos y los sabores de otro país.

Desde un punto de vista más técnico, Luis von Ahn, fundador de duolingo, dijo en una entrevista con el periódico The Guardian que, en estos momentos, la aplicación “no es, en absoluto, tan versátil como un profesor humano que, con tan solo fijarse en tu expresión facial, puede saber si lo estás siguiendo o no. El factor humano tiene mucho peso y nosotros no somos tan eficaces, pero sí creo que podemos llegar a serlo. Eso sí, probablemente falten todavía muchos años para que una app se pueda comparar con un profesor humano, la verdad”.

La mejor manera de utilizar las aplicaciones de idiomas

Una aplicación de idiomas puede ser una buena manera de empezar a estudiar un idioma si eres un principiante absoluto, igual que también puede resultar útil a la hora de revisar vocabulario, sea cual sea tu nivel.

Pero ¿se puede llegar a dominar un idioma solo con una aplicación? Casi seguro que no.

Las aplicaciones son una herramienta útil, pero no sustituyen a la experiencia de aprender un idioma en inmersión. Son intrínsecamente antisociales, ya que cuando estás mirando el teléfono no te estás relacionando con otras personas ni utilizando el idioma para lo que es realmente: para comunicarse.

Fuente: http://blog.esl-idiomas.com


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